INICIO AL SOL


Ya tengo 7 años incrustada en México, me vine como las cajas de cartón que transportan los grandes buques. Esas que reciben en los puertos para vaciarlas y darles un arreglo adecuado en cualquier almacén de reciclaje. Imagino que era yo una caja repleta de calcomanías de colores vivos muy alegres, despreocupados e indefinidos. Una caja, quizás con letras borrosas dibujadas en marcador negro ¡frágil!.  Cinta adhesiva vieja y nueva como si la hubieran transportado en otras rutas marítimas sin botarla, varios viajes y pocas muestras de daños definitivos. Un hogar de recuerdos y la disposición de no abandonarlos. Una caja fuerte y duradera cuyas tempestades, movimientos bruscos, mareos y veranos inclementes jamás pudieron destruir. Esta caja deambuló por todo el REINO sin poder ser acomodada por completo, sin embargo, los largos fríos fueron congelando algunas piezas interiores dejándole casi inmóvil. Quieta e inmune siguió estacionada en las vecindades del BELLO PUERTO.    Apenas le dejaron dentro cajas húmedas de cigarros, tazas de café y libros viejos que sabía de memoria.  Tiraron la caja en una esquina nueva, frente a un cine antiguo, donde vio una luz que se colaba por una ranura. Nadie supo cómo por aquel orificio la empezaron a llenar de objetos nuevos y desconocidos y ella se dejó habitar sin saber que sus travesías acabarían definitivamente.
Casi se rompe aquella caja un poco torcida por tanto viaje y vapuleo, pues el contenido de vasos, diarios, objetos viejos de un marinero soñador, películas, ventanas dibujadas con un parque arropado por un árbol único,  vehículo de dos ruedas, bufandas, calcomanías de las estaciones del metro, cigarros, tequila, computadoras para el chat, leña para no extinguir ningún fuego, elementos picantes, cintas grabadas, cartas, risas en frascos, asombro y desesperación por un amor. Muñecas desnudas, canoas de río en miniatura, y el viejo mobiliario del Pub de una esquina esculpido en madera húmeda. Puentes y sombras, asfalto rápido en la carrera diaria por el calor, vivencias de un sexo suspendido en el cielo, gemidos finales de gran satisfacción. Títeres de piernas largas, ópera y cantos de son junto a soles y águilas en vivo color que pesaban un montón.  Aquella caja solitaria se llenó de un día a otro mientras se despegaban apenas de sus puntas algunas calcomanías de su pasado exterior, ayyyy! era tan fuerte aquel pegamento que de su centro quedaba la mancha dispareja de las direcciones anteriores. El color del cartón había cambiado pero siguió siendo de un castaño claro invencible, inmune a los vientos que la azotaron. Quedaba claro entonces que los caminantes y observadores veían a esa caja ya cubierta con un vacío pasado y un presente engordador.Ya casi para ser envuelta y depositada en el compartimento de un avión, se veían las primeras marcas de una cinta nueva y blanca que decía Mexicana de Aviación.




Comentarios

  1. Prima te quiero mucho, adoro esa extraña forma de conquistarlo todo sin expropiar nada, (En estos tiempos de expropiaciones).

    Lo increíble que me pasa cuando te leo es que puedo ver muchas Machis "multitemporales" en tus escritos. (No sé si me explico, pero eso es lo de menos).

    Por cierto, nunca termino de entenderte, pero eso hace más interesantes y placenteros tus escritos.

    Un abrazote, además de fuerte, sumamente fraterno.

    David L. Picón

    ResponderEliminar
  2. Para usted, Machix http://twaud.io/qsKH

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El Armario

Tacones Cercanos. Matrimonios del mismo sexo.

Yo perreo sola