RETRO SHOW




En la historia venezolana de la supuesta democracia,  Chávez, el Presidente, se interpone como creador de una nueva forma agresiva y violenta de gobernar al país, y una de sus herramientas es el discurso consecutivo incrustado en los medios de comunicación como una enfermedad insostenible. Para no continuar con el legado discursivo al que Venezuela se sometió durante  40 años,  éste se atreve a cambiar la forma del discurso proponiendo nuevas normas y marca   una ruptura necesaria con el pasado, pero más que honesta, destructora.  A ese poder invocador del discurso de Chávez debemos conferirle el uso de aquellas palabras que por sus características densas,  han irrumpido en la sociedad venezolana con un tinte emblemático de contradicción social muy dañina para una cultura abierta a las clases y razas   y no tan resentida como en  el "ahora" que se interna sin cambiar. Lo discontinuo en su discurso, el uso de las mismas palabras a su vez diferentes en su contenido, cercano a los mitos, pasiones y arquetipos sociales de una  llamada impuesta  a la Revolución, se fijan en el inconsciente colectivo, aportando un desgaste natural de aquellos universos textuales sometidos a repetición, “retorizados” por un habla publicitaria de su propia gestión.
Repetidamente toma prestado el léxico de Simón Bolívar en un contexto y época diferentes y es así como energiza su jugada. Sus seguidores son los patriotas, están condenados naturalmente, por sus condiciones, a responder al llamado. Su parentesco con Jesucristo, su forma camaleónica de pasar de un estado a otro impacta, conmueve a los oyentes, provocando efectos de sentido responsables de un vasto campo de atracciones y repulsiones que hoy se asemejan a una guerra.
Las marcas de identidad manifestadas, se resisten, se resienten por lo subversivas y novedosas en el lenguaje venezolano de estos últimos tiempos e ingresan de a poco a ser normales, a ser una forma de lenguaje, a través de un contrato social en donde los pobres creen, empujan, se matan por ser socios de una Revolución fíngida.

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