Ejercicios en el metro






Paranoia 

No sé si son las 2 am o las 6 pm. Leo en los carteles “Estación Balderas”. Todo me encandila.  Estoy tratando de deshacerme de un hombre que viste un traje amarillo nauseabundo y tiene 3 estaciones caminando a mi lado. Por fin creí perderlo de vista.  Ya no. Creo verlo entre la gente a unos metros de distancia. Enfoco bien y está con la mamá de Mau. Mi amigo de la escuela. ¿Es ella?  ¿La que toda la vida se burló de mí? Mi mejor amigo tenía una madre cruel.  Sí son ellos, sé que planean matarme. Ella siempre quiso hacerlo quemándome la lengua con chocolate caliente. Trato de disimular. ¿Qué hora es? ¿A quién acudo? Se acercan más, están tomados de la mano, me van a echar gas, estoy seguro, por eso vienen hacia mí. Saco la navaja de mi mochila y la escondo en el puño. Ella me saluda y noto que tiene una roca en la mano. Me va a romper la cabeza. Él solo mira el piso. ¿Querrá cortarme los dedos de los pies? Me paralizo y pierdo el conocimiento. Despierto en otro lugar. No sé qué día es. Hay una cerveza a medias en mi mesa y leo: “El mirador”. Tengo sueño, abro bien los ojos para espabilar y veo al hombre de amarillo mirando al piso de nuevo. Hoy si me va a cortar las piernas. De repente se escucha un escándalo en la TV, una voz con ecos dice 2 a 1, 2 a 1, 2 a 1, “ganando pumas", el señor empieza a aplaudir, pero no sube la mirada. En unos minutos estaré muerto y mis piernas estarán colgadas en la TV que dice “América nunca ha podido ser campeón”. 


Sueños

En mi sueño había muchas personas saliendo de una caja negra, yo decidí hacer lo que ellas y fui saliendo a la luz incandescente de un túnel que daba a una calle muy transitada. Decía “Balderas”. Vi como si no hubiera pasado el tiempo a Doña Amalia, la mamá de mi mejor amigo, cargando una bolsa de mandado. Me sonrió y se iluminó todo su cuerpo de un amarillo mostaza bastante extraño, parecía pintura al óleo. Al dirigirme hacia ella apareció un hombre que cantaba junto a ella, “Amalia Amalia, Amalia Rosa” como la canción de aquel cantante venezolano que en México se puso de moda en los ochentas. Seguí caminando para alcanzarla, y el hombre alzaba más la voz “Esta es la que yo me llevo por ser la más buena moza” y empecé a sentir que él la iba a secuestrar. En ese momento empecé a darme cuenta que estaba soñando, pero la realidad me llamaba en ese extraño plano. Supongo que seguí dormido porque recuerdo verlos en la cantina “El mirador”. Ella vestía de fiesta y él un jean con playera del América, bailaban a un ritmo desconocido. Desde la pantalla de la TV del local todos escuchamos el gol que le metió Pumas al América. Mientras se celebraba el gol él se agachaba para tomar con sus manos monedas de un recipiente que tenía una nota que decía: “Bailo porque no veo, le voy a Pumas Campeón, déjame una ayudita para cambiar de playera”. 

 

 


Ejercicio 

Escritura Creativa 

Literaria 

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